Si eres un diseñador gráfico sabes que tienes que dar a conocer tus creaciones para que la gente se anime a encargarte trabajos. Si has diseñado el diseño de una camiseta para un cliente y le ha encantado por ser fresca y original, te gustará enseñárselo a todo el mundo.
Y lo peor que puede pasar es que una persona coja tu imagen y empiece a lucrarse con ella haciendo camisetas u otros productos. ¿A que eso no gusta tanto? Por eso, tienes que proteger tus diseños, y para ello una opción son las marcas de agua.
Una marca de agua es en realidad un logotipo, o una palabra, que hace referencia al autor de esa imagen. Se coloca para que se dé a entender que tiene derechos de autor y que no puedes copiarla y utilizarla si no tienes permiso antes.
Para colocarla, tienes muchas posibilidades:
- Ponerla de forma sutil y pequeña en alguna esquina del diseño. Esto puede provocar que recorten la foto.
- Ponerla centrada y en grande, pero sutil para que no puedan borrarla de ningún modo.
- Ponerla “escondida”. Se trata de integrarla con el dibujo de tal manera que pueda parecer que no tiene marca, pero sí la tiene cuando te fijas en la imagen. De esta manera, a primera vista no perjudica a que vean tu creación, pero si quieren hacer algo se encuentra con tu marca de agua.
Ya sabes cómo hacer que tus imágenes no estén por Internet sin darte publicidad.